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5 funciones de DBT

La terapia conductual dialéctica [DBT] se ha desarrollado ampliamente en los últimos años, derivando en DBT para adolescentes, DBT para adicciones, DBT para trastornos alimentarios, DBT-C para niños, por nombrar algunos. A pesar de estar enfocados en distintos trastornos, hay 5 elementos comunes que tiene todo tratamiento DBT. 

  1. Aumentar las capacidades: Los pacientes que reciben tratamiento DBT tienen, como elemento común, dificultades de regulación emocional, que se asocia con la carencia de las habilidades necesarias para autorregularse en diferentes contextos. Es necesario por tanto que desarrollen nuevas habilidades para poder desenvolverse de forma sana en sus relaciones interpersonales, en algunos casos es necesario inclusive apoyarse de farmacoterapia durante el proceso de desarrollar las habilidades necesarias para manejar sus emociones.
  • Mejorar la motivación: La mayoría de los consultantes que reciben DBT están desesperanzados, en muchos casos han recibido otro tipo de tratamiento, en general, sin efecto. Además, en algunos casos tienen patrones pasivos de aproximación a los problemas. Por ello es necesario apoyarlos para mantener la motivación a aprender nuevas conductas, y  desarrollar nuevas habilidades que les permitan establecer relaciones sanas con los otros y consigo mismos.
  • Asegurar la generalización: Las dificultades en la regulación emocional, a menudo interfiere con la capacidad de generalizar las nuevas conductas aprendidas a otros contextos diferentes a los terapéuticos. Es fundamental que el tratamiento impulse a la transferencia de las nuevas conductas aprendidas a la vida cotidiana y a las relaciones con otros, para lograr un verdadero cambio en la vida de los pacientes.
  • Aumentar la motivación y las capacidades del terapeuta: Como en reiteradas ocasiones hemos mencionado en DBT existe un equipo de profesionales que trabaja cohesionadamente, esto es fundamental debido a que el desgaste que genera el tratamiento de pacientes con desregulación emocional es muy alto, y con el objetivo de mantener la motivación y el bienestar de los terapeutas el contar con un equipo de apoyo es esencial.
  • Estructurar el ambiente: Las crisis en DBT son parte del trabajo, y es vital que tanto los pacientes y sus familias tengan plena claridad de que se espera de cada uno y cuál es su rol durante el tratamiento. La estructuración del ambiente de consulta tiene el objetivo de reforzar las habilidades tanto del consultante como del terapeuta.

Cada una de estas funciones se asocia con modos específicos del tratamiento, por ejemplo, el aumento de las capacidades se logra a través de los entrenamientos de habilidades semanales. El aumento de la motivación del paciente se alcanza a través de las terapias individuales realizadas de manera semanal. Por otra parte, la generalización se asegura a través del coaching telefónico, prestando apoyo permanentemente al paciente en cuanto lo requiere, la estructuración del ambiente se logra a través de sesiones familiares y el aumento de la motivación y capacidades del terapeuta se alcanza a través del equipo de consultoría que presta soporte permanentemente a lo largo de todo el tratamiento.

Cada elemento del tratamiento tiene un objetivo específico orientado a lograr la mejoría de los pacientes de la manera más efectiva posible, contribuyendo a que su vida toma sentido y sea una vida que valga la pena vivir, y que su objetivo no sea solo; sobrevivir.  

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TLP en Adolescentes

El trastorno de personalidad límite (TPL), es un trastorno mental que se caracteriza por una inestabilidad emocional grave, una percepción negativa de uno mismo y de los demás, acompañado de comportamientos impulsivos y en muchos casos autolesivos. 

Aunque se suele asociar con adultos, el TPL también afecta a adolescentes y puede tener consecuencias graves en el desarrollo de los jóvenes afectados. Revisaremos algunas de sus principales síntomas y causas asociada.

Síntomas del trastorno de personalidad límite en adolescentes

El TPL se caracteriza por una amplia variedad de síntomas, que pueden afectar tanto a la forma en que los adolescentes interactúan con los demás como a su propia percepción de sí mismos. Algunos de los síntomas más comunes del TPL en adolescentes son los siguientes.

  1. Inestabilidad emocional: Los adolescentes con TPL suelen experimentar cambios de humor extremos y rápidos, que pueden pasar de la felicidad a la tristeza en cuestión de minutos. Estos cambios emocionales pueden ser muy intensos y pueden ser difíciles de controlar.
  2. Comportamientos impulsivos: Los adolescentes con TPL pueden tener comportamientos impulsivos y peligrosos, como tener relaciones sexuales sin protección, el consumo de drogas y alcohol.
  3. Autolesiones: Los adolescentes con TPL pueden tener tendencia a autolesionarse, como cortarse, quemarse o golpearse a sí mismos. Estos comportamientos pueden ser una forma de aliviar el dolor emocional o como hemos comentado en otros artículos, de regular su malestar.
  4. Percepción negativa de si mismo: Los adolescentes con TPL pueden tener una baja autoestima y una percepción negativa de sí mismos. Pueden sentirse inútiles, defectuosos o tener la idea de que no son merecedores de amor.
  5. Relaciones inestables: Los adolescentes con TPL pueden tener relaciones complicadas e inestables con amigos, familiares o parejas. Pueden idealizar a alguien en un momento y demonizarlo poco después.

Causas del trastorno de personalidad límite en adolescentes

El TPL se considera un trastorno complejo que puede tener múltiples causas. Aunque no hay una causa única, se cree que varios factores que pueden contribuir a su desarrollo. Algunos de los factores de riesgo para el TPL en adolescentes incluyen:

  1. Trauma infantil: Los adolescentes que han experimentado abuso, negligencia o traumatismos durante la infancia tienen un mayor riesgo de desarrollar TPL.
  2. Genética: El TPL puede tener una base genética, lo que significa que los adolescentes que tienen antecedentes familiares de trastornos de personalidad pueden tener un mayor riesgo de desarrollarlo.
  3. Disfunción familiar: Los adolescentes que crecen en un entorno familiar multiproblematico, como hogares con abuso, negligencia o problemas de adicción, pueden tener un mayor riesgo de desarrollar TPL.
  4. Problemas de salud mental coexistentes: Los adolescentes que tienen otros trastornos de salud mental, como depresión, ansiedad o trastornos alimentarios, tienen una mayor probabilidad de desarrollar TLP.

Como hemos mencionado los adolescentes que desarrollan TLP tienen una mayor probabilidad de tener problemas al llegar a la adultez, tanto en sus relaciones interpersonales como con uno mismo. Para los padres es sumamente complejo manejar esta problemática y es fundamental buscar apoyo profesional especializado. En ZentroDBT nos enfocamos en trabajar desde la Terapia Conductual Dialéctica, que ha demostrado durante años ser uno de los métodos más efectivos de trabajo para apoyar tanto a adultos como adolescentes y sus familias en desarrollar competencias y habilidades de autoregulación emocional, para llevar una vida que valga la pena ser vivida.

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Mitos sobre el TLP

Es común se generen creencias populares en torno a algunos trastornos, las redes sociales han contribuido a amplificar la diseminación de estas creencias, algunas páginas web o videos en redes sociales señalan alguna información que a veces es acertada, pero otras es algo completamente alejado de la realidad. Como profesionales de la salud mental parte de nuestro rol en la sociedad es visibilizar y aclarar estas confusiones, contribuir al conocimiento sobre los trastornos mentales y apoyar en el tratamiento de estos.

Particularmente como terapeutas DBT, nuestro trabajo se ha enfocado en trastornos que algunos denominan «de alta complejidad», entre ellos uno de los más populares (y que da origen a DBT) es el Trastorno Limite de la Personalidad (TLP). Esta patología se caracteriza principalmente por una impulsividad extrema y una dificultad para autorregularse emocionalmente, generando cambios radicales de conducta frente a situaciones que para otras personas pueden parecer insignificantes o no relevantes. 

Si bien existen muchos mitos en torno a esta patología, mencionaremos algunos de los más extendidos.

Mito 1: Son personas peligrosas

  • Quienes padecen de TLP, presentan rasgos impulsivos y experimentan las emociones con gran intensidad. No obstante, esto no implica que sean personas peligrosas, inclusive son más peligrosas para sí mismas que para otros, debido a que en algunos casos incurren en conductas autolesivas para intentar controlar su intensidad emocional.

Mito 2: Las personas con TLP se autolesionan para llamar la atención

  • Las personas con TLP se autolesionan como estrategia para autorregularse, es el medio que conocen para poder expresar sus emociones y manejarlas. Podemos coincidir en que no es la mejor estrategia, pero es parte de lo que conocen, parte de tratamiento se enfoca en entregarles herramientas más adaptativas para poder lograr un control emocional.

Mito 3: Es un trastorno muy raro y poco común

  • La verdad es que es un trastorno más común de lo que se imagina, afecta a cerca de un 2-3% de la población. Lamentablemente en Chile no hay datos muy precisos respecto a su prevalencia. Pero a nivel internacional existe mucha evidencia y estudios al respecto, se ha avanzado significativamente en estrategias de tratamiento entre las que destaca DBT.

Mito 4: Es para toda la vida, no tiene cura

  • Algo muy extendido en los trastornos mentales y también peligroso, es la idea de que la persona es la patología, la distinción entre padecer TLP y ser TLP es sutil pero significativa, las personas no son el trastorno, si no que tienen un trastorno, esta distinción marca una diferencia radical en la manera en que comprendemos las dificultades por las que pasa la persona con el trastorno, ellos no son su enfermedad, son personas únicas que padecen una dificultad, pero que no las define como personas.

    Si bien el TLP es un trastorno complejo que en muchos casos acompaña durante largos periodos a los pacientes, es un trastorno que tiene tratamiento, DBT ha demostrado ser sumamente efectivo en la mejoría de los pacientes, algunos con excelentes resultados post-tratamiento, la evidencia científica respalda esta afirmación, día a día se logran avances en estrategias cada vez más efectivas para poder lograr una mejoría en los pacientes y como diría la creadora; «lograr una vida que valga la pena ser vivida»
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DBT-C

DBT-C es una versión de la DBT tradicional adaptada para niños, niñas y preadolescentes de entre 7 y 12 años. Se desarrollo para abordar necesidades de tratamiento para preadolescentes con desregulación emocional severa y el consecuente descontrol conductual. Estos niños y niñas experimentan las emociones en un nivel diferente al de sus pares, de manera mucho más fuerte e intensa. Las pequeñas cosas los irritan fácilmente, y las emociones pueden ser tan abrumadoras que producen agresiones verbales y hasta físicas.

A veces puede parecer que estos niños y niñas son manipuladores y están tratando de presionar a los demás. Sin embargo, estos comportamientos volátiles pueden ser la mejor manera que conocen para lidiar con las emociones intensas que experimentan. Además estos comportamientos son con frecuencia reforzados de manera no intencional por sus padres y pares (por ejemplo, obteniendo la atención de adultos y compañeros, salirse con la suya cuando los padres finalmente ceden por agotamiento, lograr reducción la intensidad de la emoción que experimentan) .

Es muy probable que el entorno no este preparado para manejar de manera efectiva los desafíos que presentan los niños y niñas con desregulación emocional severa, e incluso unos padres con una «paternidad lo suficientemente buena» no son suficientes para satisfacer estas demandas. Debido a que las necesidades de los niños y niñas no pueden ser satisfechas adecuadamente por el entorno, frecuentemente el entorno invalida estas necesidades y desestabiliza aún más a los niños y niñas. 

Un niño o niña desestabilizado continua ejerciendo una gran presión sobre la capacidad del entorno para poder responder adecuadamente, lo que genera un mayor nivel de invalidación y así de manera sucesiva genera un ciclo en escalada.

Esta situación en escala con el tiempo puede contribuir al desarrollo de una psicopatología. De hecho la investigación muestra que los niños y niñas con desregulación emocional severa, tienen mayor probabilidades de desarrollar problemas de consumo de alcohol y sustancias, tendencias suicidas y autolesiones, depresión, ansiedad y trastornos de personalidad tanto en la adolescencia como en la edad adulta.

El principal objetivo de la DBT-C es enseñar a los niños y niñas habilidades de afrontamiento que sean mucho más adaptativas y permitirles una resolución efectiva de los problemas que enfrenten en su cotidianeidad. Por otra parte, el tratamiento se enfoca también en enseñar a los padres todo lo que se le enseñara a sus hijos, además de técnicas para el manejo contingencias. La validación y la aceptación son clave para lograr cambios duraderos en la regulación emocional y conductual de un niño.

En el ZentroDBT contamos con terapeutas con amplia trayectoria en tratamiento DBT tradicional y recientemente parte de nuestro equipo se ha formado en DBT-C, con el objetivo de brindar herramientas y posibilidades a las familias de nuestros pacientes, con el objetivo de tener una mejor calidad de vida y como diría Marsha Linehan, de vivir una vida que valga la pena ser vivida. 

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Señales de alerta del suicidio

El suicido es un problema de salud pública, generalmente descuidado, que esta rodeado de estigmas, mitos y tabúes. Cada caso de suicidio es una tragedia que afecta gravemente no solo a los individuos, sino también a sus familias y comunidades. Anualmente más de 700.000 personas se quitan la vida. Por este motivo es fundamental poner atención a señales que puedan alertarnos sobre estas tentativas y tomar medidas preventivas para poder evitar una tragedia.

No siempre es posible saber si alguien de nuestro entorno está pensando en el suicidio, aunque generalmente ocurren cosas que pueden llamar nuestra atención y hay algunas señales de alerta que pueden llevarnos a intervenir para buscar ayuda profesional. Poner especial atención a nuestros seres queridos es clave para poder detectar a tiempo estas señales, que son en el fondo, un pedido de ayuda.

Algunas señales de alerta que pueden hacer sospechar son las siguientes:

  • Habla acerca del suicidio, o expresar frases como «desearía no haber nacido», «quisiera estar muerto», o similares.
  • Intenta obtener medios para hacer efectivo el suicidio.
  • Retraimiento extremo.
  • Cambios de humor.
  • Preocupación por la muerte.
  • Sentir impotencia y desesperanza ante una situación.
  • Abuso de alcohol y drogas.
  • Cambios en la rutina normal.
  • Hacer cosas autodestructivas e imprudentes.
  • Despedirse de las personas como si fuera a ser definitivo.

Si bien la presencia de algunas de estas señales no determinara que la persona intente realizarlo, son señales que no debemos pasar por alto y mucho menos ignorarlas. Hablar abiertamente del suicidio es un paso importante para poder prevenirlo. Contrario a lo que se cree, generalmente las personas que están pensando en suicidarse, tratan de hablar sobre el tema antes de cometer el acto, pero muchas veces sienten que no son escuchadas o no tienen con quién conversarlo. Es fundamental entender que quien intenta suicidarse, no necesariamente quiere acabar con su vida, sino que no encuentra otro modo de superar las dificultades que enfrenta en ese momento. 

Si observas algunas o varias de estas señales, intenta hablar con la persona, ofrece tu apoyo y anímala a acudir a un profesional o pedir ayuda a servicios públicos como el fono Salud Responde (600 360 7777).

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Principios de Filosofía Zen

El Zen Tiene su origen en una escuela budista de origen Indio con el nombre sanscrito de «Dhyana» que significa pensar o meditar. Progresivamente se extendió por Asia llegando a China con el nombre de «Chan» y a Japón con le nombre de «Zen» debido a la manera de pronunciar en esos idiomas. Desde ahí su nombre y significado; «meditar».

En la actualidad, la filosofía Zen es una corriente que gano bastante popularidad en el mundo occidental, abarcando diversas prácticas y doctrinas.

En sus orígenes el Zen se caracteriza por ser una practica que se transmite de maestro a discípulo y se remonta al despertar de Buda en la India. 

Más tarde llego a Japón y desde allí se diversifico a occidente por su relevancia en las artes marciales, las ceremonias de té, el arte floral y los jardines japoneses.

El centro de la filosofía Zen es la meditación. En contraste con otras corrientes budistas, el Zen evita una dedicación a escrituras y textos, ni tampoco contiene rituales o teorías metafísicas, si no en alcanzar el despertar espiritual a través de la meditación. Esta práctica promueve el autodescubrimiento, que nos ayuda a vivir plenamente el momento presenta y lograr alcanzar la tranquilidad.

En el Zen la forma de meditar es sentado en posición de flor de loto. En esta postura las piernas se entrecruzan, se cierran los ojos y la espalda se mantiene recta. A continuación se dejan fluir los pensamientos sin aferrarse a ninguno de ellos, simplemente según aparecen se dejan ir. 

Se acompaña con una respiración lenta, suave y profunda que promueve la relajación del cuerpo y la sensación de paz. Tanto la posición como la respiración son fundamentales y se van perfeccionando con el tiempo y la práctica.

Algunos de los principios de la filosofía Zen están orientados a guiar en la búsqueda de la iluminación, entre los principales podemos mencionar.

La experiencia es construida por la mente: Según esta filosofía, las percepciones de nuestra mente son las que crean nuestras experiencias. Por tanto, la forma en que elegimos, enfocamos y exploramos los pensamientos impactan de gran manera en nuestra vida.

El concepto de uno mismo es una ilusión: Usualmente a la pregunta «¿Quién soy?» la respondemos con títulos, roles o trabajos que alimentan nuestro ego y se centran en la manera en que los demás nos ven.

Desde esta filosofía, es importante dominar la idea de uno mismo sin dejar que los aspectos que mencionamos influyan en quién eres. El ser es algo que no puede definirse y delimitarse de forma precisa; pues se trata de una esencia en constante cambio y movimiento permanente. 

El ultimo camino hacia la felicidad es el desapego: Soltar lleva a la tranquilidad. El Zen busca lo simple, tanto en las pertenencias como en las preocupaciones de la vida. Desapegarse no solo implica desprenderse, sino más bien ser consciente de que todo en la vida tiene un sentido y una utilidad. implica la comprensión de que las cosas «malas» que nos suceden, nos enseñan y nos muestran como sanar, para poder abrirnos aún más a las cosas buenas.

«Hacer» no es tan importante como simplemente «Ser»: En el Zen es muy importante la capacidad de no hacer nada. Sentarse y tranquilizar la mente, para de este modo conectar con uno mismo y con la vida. La práctica de la meditación te permite centrarte en quién eres en lugar de en lo que haces.

Te permite ser observador objetivo de tu mente y tu vida. Ver tus pensamiento y decidir cuales valoras. Aprender que no eres tus pensamiento y sentimientos sino el ser que los experimenta y decide cuáles valorar. 

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Efectividad DBT

En la práctica clínica de la salud mental, los terapeutas pueden abordar a un paciente desde diferentes enfoques como ya comentamos en nuestro artículo sobre modelos terapéuticos y DBT. Si bien el enfoque no determina el éxito o no de un tratamiento, se ha demostrado científicamente que algunos tratamientos son más efectivos que otros, con efectos más duraderos y por tanto los recomendados para trastornos específicos.

Es importante señalar que si bien algunos tratamientos demuestran ser efectivos para algunos padecimientos particulares, esto no es garantía de éxito, pero si un excelente precedente. Múltiples factores determinan el éxito de un proceso terapéutico y si bien dos tratamientos diferentes pueden obtener buenos resultados, optar por el que tenga mayor respaldo científico aumentara significativamente las posibilidades de obtener mejores resultados.

Particularmente la DBT nació en respuesta al tratamiento de pacientes con Trastorno Limite de Personalidad (TLP) debido a que los tratamientos existentes no respondían de forma adecuada al trastorno y no obtenían resultados exitosos o que lograran mantenerse a lo largo del tiempo. Pero desde su creación, se transformó en favorito por los resultados que se obtuvieron con pacientes con TLP, su práctica fue aplicándose a otro tipo de dificultades mostrando ser efectivo e incluso tener mayor tasa de éxito en el tratamiento que otras alternativas de, esto debido a sus supuestos y la forma de comprender al paciente y al problema.

Desde sus inicios se han realizado múltiples estudios científicos que en esencia comparan a dos grupos de pacientes, uno de estos grupos recibo un tratamiento DBT y el otro grupo recibo algún otro tipo de tratamiento, como puede ser Terapia Cognitivo Conductual, Psicoterapia Humanista, Tratamiento basado en la Mentalización u otro. Los resultados se basan en si se logró una mejora en la salud de los pacientes, se compara la cantidad de pacientes que ha obtenido mejorías entre un grupo y otro, de este modo se observa cual de los dos tratamientos es más efectivo. En esta línea DBT ha sido objeto de múltiples estudios que han demostrado que es el tratamiento preferencial para TLP, Tentativas de Suicidio, Depresión y TLP, Abuso de sustancias y TLP, Trastornos alimenticios y YLP, Trastorno por Estrés Post Traumático (TEPT) y TEPT relacionado con abuso sexual infantil.

A su vez además de ser un tratamiento que ha demostrado su eficacia en múltiples problemáticas, también tiene el beneficio de ser un tratamiento que puede ser trabajado tanto en adultos como en adolescentes, estando respaldada científicamente también su efectividad con estos grupos etarios. Y en esta misma línea se observa que cada año se publican más y más estudios que respaldan y confirman estos resultados.

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Desregulación Emocional

El concepto de Desregulación Emocional es una de las claves para comprender el trastorno límite de personalidad y a la vez piedra angular del modelo comprensivo de la Terapia Condutual Dialectiva (DBT). Marsha Linehan (creadora de este modelo terapéutico) define la desregulación emocional como: “la incapacidad incluso cuando se lo intenta seriamente, para cambiar o regular las claves, las acciones, las respuestas verbales y no verbales emocionales cuando esto es necesario”. En otras palabras, la incapacidad de regularnos a nosotros mismos cuando nos envuelve una emoción intensa, y la incapacidad de controlar la manera en que expresamos esta, tanto de forma verbal (con palabras), como no verbal a través de nuestro lenguaje corporal.

 

 

El origen de esta desregulación o incapacidad de controlar nuestras emociones surge producto de la interacción entre factores genéticos y ambientales, revisamos un poco más a fondo esto al hablar de la teoría biosocial. En esencia, genéticamente hay una predisposición a reaccionar de forma más intensa a las situaciones que vivimos debido a lo que podemos llamar “vulnerabilidad emocional”, esto acompañado de un conjunto de experiencia a lo largo de nuestra vida, que no nos han permitido desarrollar respuestas adecuadas a las reacciones emocionales, desencadenan en la desregulación.

 

 

Linehan recategorizo los criterios del trastorno límite de personalidad (TLP) del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) en 5 dimensiones de desregulación:

 

 

  1. Desregulación Emocional: En si misma dice relación con la desregulación provocada por la forma en que expresamos nuestras emociones. Una situación que para el resto puede ser trivial, puede desencadenar en una respuesta mucho más intensa emocional y conductualmente. Por ejemplo, frente a la mala atención de un vendedor podríamos sentirnos molestos y pedir un cambio de vendedor, una reacción mucho más intensa seria pelear a gritos casi a golpes con él, por su mala atención.
  2. Desregulación Conductual: Se observa en comportamientos que pueden ser potencialmente dañinos para si mismo, como por ejemplo, comportamientos suicidas o de automutilación, los cuales son utilizados como manera de regular emociones extremas.
  3. Desregulación Cognitiva: El patrón de pensamiento es similar al que tenemos cuando estamos muy enojados, en donde pensamos en términos de blanco y negro, de todo y nada, a cualquier persona le puede pasar, pero la diferencia radica en la capacidad de calmarnos y volver a patrones de pensamiento más flexibles. La incapacidad de regular la emoción, nubla el pensamiento y la desregulación se observa en que este pensamiento dicotómico (blanco y negro) se mantiene de forma persistente.
  4. Desregulación Interpersonal: Las dificultades para regular nuestras emociones pueden llevarnos a consecuencias importantes en el plano interpersonal, una pelea de pareja puede escalar rápidamente y llevar a problemas más graves en la relación, debido a la predisposición a reaccionar de manera más intensa.
  5. Desregulación del Self: La alta variación emocional afecta nuestro sentido de identidad y nuestra capacidad de predecir nuestra propia conducta. Cuando nos sentidos afectados por alguna situación, la emoción altera nuestra capacidad de funcionar de manera normal. Una discusión en casa puede afectar radicalmente nuestro día, impidiéndonos realizar las actividades que teníamos planificadas, por ejemplo, impidiéndonos estudiar o trabajar con normalidad. Lo cual provoca que las emociones del momento determinen en gran medida el concepto que tenemos de nosotros mismos, haciendo que este varia constantemente.
 

DBT busca enseñar a los pacientes a entrar en contacto con sus emociones, a la vez que les enseña a regularlas, entregando herramientas para reconocerlas y ser capaces de manejar nuestro fluir emocional. El objetivo es ayudar a resolver los problemas que se presentan en el camino, para que no tengan consecuencias negativas en su vida a largo plazo

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Modelos Terapéuticos y DBT

Cuando hablamos de terapia psicológica, lo tradicional es pensar en un espacio en donde mediante la conversación con un terapeuta especialista, trabajamos y resolvemos las dificultades que nos llevaron en primer lugar a terapia. Si bien el proceso puede parecer similar entre un terapeuta y otro, la diferencia fundamental radica en el modelo terapéutico al cual se acoge ese terapeuta para enfocar el tratamiento.

Existen diferentes modelos terapéuticos y cada uno tiene una comprensión distinta de los problemas lo que lleva a utilizar distintas herramientas para resolverlos. En sus orígenes la psicología clínica emergía con Sigmund Freud, creador del psicoanálisis, que partía del supuesto de que gran parte de nuestra conducta estaba orientada por fuerzas inconscientes y ser consciente de ellas nos ayudaría a manejar nuestros impulsos.

En oposición emergió con el tiempo el modelo clínico conductual, que se basaba en los principios del aprendizaje y el condicionamiento para comprender el origen de los síntomas, y mediante procesos estructurados de reaprendizaje modificar el comportamiento de los pacientes y así curarlos.

Poco después se integró un nuevo elemento al tratamiento, el componente cognitivo. La comprensión de que los procesos cognitivos podían ser causa del comportamiento, llevo a grandes avances en los tratamientos, creándose así la terapia cognitivo-conductual, la cual mediante técnicas conductuales acompañadas de técnicas de restructuración cognitiva, resultaban mucho más efectivas en el tratamiento de algunas dificultades y trastornos.

Recientemente, emergió lo que algunos denominan la tercera generación de terapias o terapias contextuales, las que se caracterizan por una visión integrada de la interrelación entre la conducta, el pensamiento (o cognición) y el contexto (o variables relacionales). Dentro de este grupo se encuentra la Terapia Conductual Dialéctica (o DBT), el cual parte de principios como la aceptación y una comprensión holística de la realidad del paciente, lo cual se refleja en un tratamiento integrado de terapia individual, entrenamiento en habilidades, mediante terapia grupal, y el trabajo codo a codo con un equipo profesional integrado por profesionales de diferentes áreas.

Las terapias contextuales o de tercera generación, han provocado un fuerte impulso en la investigación clínica, múltiples estudios reflejan la efectividad de este modelo de tratamiento, demostrando que frente a otras alternativas tiene mejores resultados y más duraderos en el tiempo.

Además, algunos modelos han demostrado ser particularmente efectivos para trastornos específicos. Como en el caso de la DBT, se ha presentado como el tratamiento estrella para el trastorno límite de personalidad, mostrando excelentes resultados también en el tratamiento de adicciones y trastorno por estrés post-traumático, entre otros.

En ocasiones se acude a terapia y se tiene la sensación de que algo no encaja, de que las cosas no avanzan o van por un camino que no le hace sentido al paciente. En esos casos, plantear las inquietudes al terapeuta o buscar un tratamiento desde otro modelo terapéutico es la mejor opción.

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¿Que es el Trastorno por Estrés Post Traumático (TEPT)?

La mayor parte de las personas pasan a lo largo de su vida por situaciones potencialmente traumáticas, frente a las cuales pueden tener dificultades temporales para adaptarse y afrontarlas, pero con el tiempo y los cuidados adecuados, progresivamente mejoran. Si la sintomatología no disminuye, si no por el contrario empeora, este malestar puede extenderse durante meses e inclusive años, interfiriendo de este modo con las actividades cotidianas. En estos casos es posible que el diagnostico sea trastorno por estrés post traumático (TEPT).

El trastorno por estrés post traumático (TEPT), es comprendido como la incapacidad de reponerse de manera saludable después de sufrir una experiencia traumática. La violencia, el abuso físico o sexual, casos extremos de abandono, acoso, un accidente grave o los desastres naturales pueden ser factores desencadenantes de TEPT.

La sintomatología puede comenzar dentro de un mes desde un suceso traumático, pero en algunos casos inclusive pueden no aparecer hasta años después. Los síntomas generan considerables problemas en situaciones sociales, laborales y en las relaciones, interfiriendo con la capacidad de realizar las taras cotidianas con normalidad.

Por lo general los síntomas son agrupados en 4 tipos; (1) recuerdos intrusivos, (2) evasión, (3) cambios de pensamiento y en los estados de ánimo y (4) cambios en las reacciones físicas y emocionales. Pueden variar con el paso del tiempo o según cada persona.

Recuerdos intrusivos

Los síntomas de este tipo pueden ser los siguientes:

  • Recuerdos recurrentes, involuntarios y angustiantes del hecho traumático
  • Reviviscencia, o revivir el hecho traumático como si sucediera nuevamente
  • Sueños o pesadillas perturbadoras acerca del hecho traumático
  • Sensación de angustia emocional grave o reacciones físicas a los elementos que recuerden el hecho traumático

Evasión

Los síntomas de este tipo pueden ser los siguientes:

  • Evitar pensar o hablar sobre el hecho traumático
  • Evitar lugares, actividades o personas que generen recuerdos del hecho traumático 

Cambios Negativos en el pensamiento y en los estados de ánimo

Los síntomas de este tipo pueden ser los siguientes:

  • Pensamientos negativos, sobre si mismo, sobre otras personas o sobre el mundo en general
  • Pensamientos de desesperanza sobre el futuro
  • Dificultades de memoria, incluso incapacidad de recordar aspectos relevantes del hecho traumático 
  • Sensación de distanciamiento con familiares y amigos
  • Perdida de interés sobre actividades que antes eran de su agrado
  • Dificultad para experimentar emociones positivas
  • Sensación de insensibilidad emocional

Cambios en reacciones físicas y emocionales

Los síntomas de este tipo pueden ser los siguientes:

  • Facilidad para asombrarse o asustarse
  • Estado de constante alerta al peligro
  • Conductas autodestructivas, como consumir alcohol en exceso o conducir a altas velocidades
  • Dificultades para dormir
  • Dificultades para concentrarse
  • Irritabilidad o arrebatos de ira
  • Sensación abrumante de culpa o vergüenza

Cuando buscar apoyo profesional

La presencia de pensamientos y sentimientos perturbadores de una situación traumática por un periodo prolongado de tiempo, si son graves, y afectan significativamente tu calidad de vida, dificultándote disfrutar o valerte por ti mismo/a, son una señal clara para buscar apoyo profesional. Esto ayudara a evitar la intensificación de los síntomas y comenzar un proceso que permita manejar de mejor manera las dificultades y mejorar la calidad de vida. Si bien existen múltiples modelos terapéuticos para el tratamiento de estas dificultades, la DBT ha demostrado ser efectiva en este tipo de trastornos.