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Mitos sobre el TLP

Es común se generen creencias populares en torno a algunos trastornos, las redes sociales han contribuido a amplificar la diseminación de estas creencias, algunas páginas web o videos en redes sociales señalan alguna información que a veces es acertada, pero otras es algo completamente alejado de la realidad. Como profesionales de la salud mental parte de nuestro rol en la sociedad es visibilizar y aclarar estas confusiones, contribuir al conocimiento sobre los trastornos mentales y apoyar en el tratamiento de estos.

Particularmente como terapeutas DBT, nuestro trabajo se ha enfocado en trastornos que algunos denominan «de alta complejidad», entre ellos uno de los más populares (y que da origen a DBT) es el Trastorno Limite de la Personalidad (TLP). Esta patología se caracteriza principalmente por una impulsividad extrema y una dificultad para autorregularse emocionalmente, generando cambios radicales de conducta frente a situaciones que para otras personas pueden parecer insignificantes o no relevantes. 

Si bien existen muchos mitos en torno a esta patología, mencionaremos algunos de los más extendidos.

Mito 1: Son personas peligrosas

  • Quienes padecen de TLP, presentan rasgos impulsivos y experimentan las emociones con gran intensidad. No obstante, esto no implica que sean personas peligrosas, inclusive son más peligrosas para sí mismas que para otros, debido a que en algunos casos incurren en conductas autolesivas para intentar controlar su intensidad emocional.

Mito 2: Las personas con TLP se autolesionan para llamar la atención

  • Las personas con TLP se autolesionan como estrategia para autorregularse, es el medio que conocen para poder expresar sus emociones y manejarlas. Podemos coincidir en que no es la mejor estrategia, pero es parte de lo que conocen, parte de tratamiento se enfoca en entregarles herramientas más adaptativas para poder lograr un control emocional.

Mito 3: Es un trastorno muy raro y poco común

  • La verdad es que es un trastorno más común de lo que se imagina, afecta a cerca de un 2-3% de la población. Lamentablemente en Chile no hay datos muy precisos respecto a su prevalencia. Pero a nivel internacional existe mucha evidencia y estudios al respecto, se ha avanzado significativamente en estrategias de tratamiento entre las que destaca DBT.

Mito 4: Es para toda la vida, no tiene cura

  • Algo muy extendido en los trastornos mentales y también peligroso, es la idea de que la persona es la patología, la distinción entre padecer TLP y ser TLP es sutil pero significativa, las personas no son el trastorno, si no que tienen un trastorno, esta distinción marca una diferencia radical en la manera en que comprendemos las dificultades por las que pasa la persona con el trastorno, ellos no son su enfermedad, son personas únicas que padecen una dificultad, pero que no las define como personas.

    Si bien el TLP es un trastorno complejo que en muchos casos acompaña durante largos periodos a los pacientes, es un trastorno que tiene tratamiento, DBT ha demostrado ser sumamente efectivo en la mejoría de los pacientes, algunos con excelentes resultados post-tratamiento, la evidencia científica respalda esta afirmación, día a día se logran avances en estrategias cada vez más efectivas para poder lograr una mejoría en los pacientes y como diría la creadora; «lograr una vida que valga la pena ser vivida»